Las condiciones geológicas y medioambientales de nuestra tierra han conformado en La Mancha un paisaje singular, formando parte del patrimonio esencial de nuestra región y además han sido desde hace mucho tiempo el icono paisajístico de este territorio.
En invierno, los elementos leñosos de las viñas resisten en el terreno, definiendo la geometría de su ubicación, como piezas escultóricas rugosas de formas irregulares, que se confunden por su coloración con los suelos en los que nacen.
Gracias al viñedo, desde primavera hasta el otoño tenemos territorios verdes que, con las altas temperaturas, hacen que este cultivo sea un factor de sostenibilidad esencial para el territorio de La Mancha.